De la infinitud de mundos posibles: notas a "Undergroud", de Emir Kusturica, "Good bye, Lenin" de Wolfang Becker y "Minority Report".

“DE LA INFINITUD DE LOS MUNDOS POSIBLES”

INSTITUTO SUPERIOR DE PROFESORADO Nº 19
RUFINO SANTA FE
MATERIAL DE LA CÁTEDRA DE "COMUNICACIÓN SOCIAL"

DOCENTE: MARIELA ROLDAN

AÑO 2004



¿Quién puede decir
hasta aquí la noche,
aquí el día?

Rafael Alberti

Entre las palabras y las cosas, la mirada. Quien mira recorta, recrea, construye en su selección una realidad cuya virtud más objetiva es ser “real” para quien observa.
Desde Platón, conocer es recordar. La impronta positivista nos dió la ilusión de conocer “científicamente” los objetos, pero Platón vuelve cada vez con más fuerza. Son los constructos teóricos los que nos permiten reflexionar la realidad, heterogénea y multiforme, inasible a nuestro lenguaje, posibilidad del pensamiento. Si no hay mundo dado, bienvenido entonces Giordano Bruno: “de la infinitud de los mundos posibles”, tendremos permiso algunos, poder otros, para crear nuestras propias realidades.
De estos sentidos decidimos una selección temática de películas: “Underground”, de Emir Kusturica, “Good Bye Lenin” de Wolfgang Becker, y una futurista: “Minority Report” de Steven Spielberg. Como en el Génesis, después de su(s) semana(s) de rodaje, nos preparamos para ” ver lo bueno que (el cine) ha creado”.

Good Bye, certeza!
“Porque alguien depende de mí, soy responsable de mi acción frente al otro”
Paul Ricoeur.

Construir conocimiento sobre la realidad es una forma de encontrarse con el otro, conciliar las visiones: ”cuando observo a un hombre íntegro, que se encuentra afuera y frente a mi persona, nuestros horizontes concretos y realmente vividos no coinciden (...) siempre voy a saber algo que él, desde su lugar y frente a mí, no puede ver: las partes de su cuerpo inaccesibles a su propia mirada : cabeza, cara, y su expresión, el mundo tras sus espaldas, toda una serie de objetos y relaciones que me son accesibles a mí e inaccesibles para él.” [1]
La relación entre el yo y el otro es relativa y reversible, puesto que pueden intercambiarse en el acto de enunciación... pero quien habla la convierte en asimétrica, puesto que ordena, desde el pronombre personal “yo”, el tiempo y el espacio en el acto de apropiación de la lengua.
Esta asimetría surge, a veces de la responsabilidad que da el afecto, a veces del poder, es decir, de las distintas formas de la dependencia. No solamente de la opresión, sino también de la sensación de dependencia mutua que surge básicamente del vínculo social.
Según Richard Sennet, el problema que ocasiona el capitalismo actual al carácter de las personas es que no hay una narrativa compartida de dificultades, y por lo tanto, no se avizora un destino compartido. En estas condiciones, el carácter se corroe, frente a la pregunta elemental “¿quién me necesita?. Uno de las consecuencias de la dependencia como algo vergonzoso es que no se promueven vínculos fuertes que nos ayuden a compartir.[2]

. En “La vida es bella”, Roberto Benigni nos muestra cómo puede aparecer esta responsabilidad de la asimetría, cuando el otro está en situación de desprotección, en una situación de extrema vulnerabilidad. En un campo de concentración- un padre elige, en medio sus propios temores, privilegiar el cuidado de su niño. El padre inventa un juego: “hay que sumar puntos no comiendo, no llorando, sin quejarse y aguantando... el que suma más puntos se gana un tanque de guerra verdadero”. Este juego, sostenido a rajatabla por el padre, mantiene al niño en un clima soportable para su psiquismo.
Esta situación es la que encontramos en “Good Bye, Lenin”. Como historia central, un hijo que decide proteger a su madre “así tenga que redecorar todo el país”.
La historia se presenta en toda su potencialidad, en sus diez primeros minutos. En primera instancia, la historia familiar. Vemos a los hermanos jugando felices, en imágenes en caché de una película familiar de 1978 en la cabaña de verano, tomadas por el padre, de quien sólo se escucha la voz.
Luego, la historia social. Continúan imágenes televisivas del 26 de agosto de 1978, que documentan la partida del Kollos y la llegada del primer alemán al cosmos, Sigmund Jähn. Se presenta desde allí al “Hombre de Arena”, un muñeco protagonista de films de animación infantil, con un mensaje a los niños alemanes.
Y la unión de estas historias: con la visita de los servicios policiales acusando a la familia de intentar abandonar el país. Aquí se perfila una historia secundaria, subyacente a la historia principal, de una madre que inventó una historia , la huída y traición del padre por motivos amorosos, para protegerlos de la inteligencia alemana, ante su propio miedo de que le retiren sus hijos.
“Mientras Jähn representaba la causa en el cosmos, mi papá perdía la cabeza por una capitalista enemiga del pueblo”.
La continuidad de estas historias se logra con una banda sonora instrumental de un piano, que se mantiene durante los primeros diez minutos
La madre sufre un shock nervioso, y Alex, su hijo, acompaña sus silencios con una diálogo incesante, instándola desde la palabra a su recuperación, hasta que lo logra. De 1979 a 1989, su madre se dedica a la causa socialista, incluyéndose películas con efecto documental, sobre la militancia de su madre. En 1989, en ocasión de recibir nuevamente la condecoración al “Mérito en la construcción de la causa socialista”. Se cumplen 40 años de la creción de la república democrática alemana, y se observa un desfile militar y el engalanamiento de los edificios,. Una de esas telas cubre la ventana del cuarto de Alex y tiñe de rojo las escenas que transcurren allí. Desafía a su madre de participar de ese desfile “Apúrense, quizás sea la última vez con elenco oficial”. Es que se sienten los aires de cambio. Alex participa de la “Marcha hacia delante”, por la libertad de prensa. Se combinan las escenas con la utilización de material de archivos de noticias. Según su director, “lo mejor es que no tuvimos que rodar ni una sola toma nueva. Lo único que teníamos que hacer era insertar el material de archivo del que disponíamos en un contexto diferente. Ya sabes lo fácil y rápido que es manipular las cosas con imágenes y un comentario ligeramente diferente. Para empezar, esto me hace dudar de la veracidad de las imágenes en su contexto original y de cuánta verdad contienen las películas.”[3]
Su reflexión nos acerca a Antonio Costa[4], acerca de las estrechas relaciones entre el cine y la historia, recuperando aquí fuentes de documentación que operan como “efecto de realidad”, en el concepto de Roland Barthes.
En este contexto, Katrin Säas, en su papel de madre, sufre un paro cardíaco al ver la represión de la marcha y queda en coma durante ocho meses. En ese tiempo, la situación política cambia aceleradamente, con la caída del Muro de Berlín y el triunfo del capitalismo en Alemania Oriental. Como todo cambio puede afectar el débil corazón de su madre, Alex la retira del hospital. “Se va bajo su responsabilidad” lo amenaza el médico. “No me hable usted de responsabilidad”, le dice, ante el éxodo masivo de profesionales. “¿cuánto tardará usted en irse?”.
Para protegerla, convierte el departamento familiar en una isla anclada en el pasado, una especie de museo del socialismo: “La verdad era algo incierto y no podía adaptarse a la percepción de mamá”.(...) “Yo me esforzaba como un héroe del trabajo para mantener a una Alemania Oriental poderosa para mi mamá”.
Se inician una serie de situaciones tragicòmicas, que incluyen reportes televisivos falsos, búsqueda de los productos del ex mercado socialista (café, pepinillos, vinos, dulces), y hasta la Coca Cola aparece en escena: “Coca Cola es una bebida socialista, nos han engañado y confundido. ¿Para eso trabajamos cuarenta años?” y adecuar el lenguaje (pioneros, cosmonautas, en vez de los occidentales boys scouts, astronautas).
Involucra a todo su entorno, con debates o adhesiones. Cuando Alex discute las virtudes de la nueva situación con su cuñado de Alemania Occidental, su hermana le dice “sé realista, acepta el cambio”, responde “en Occidente no pagarías ni el teléfono”, o sobre el ex régimen “En Moscú, dos más cuatro es uno”. Lo apoyan vecinos y viejos camaradas que disfrutan la situación, como en la puesta en escena del cumpleaños de su madre: “Muchos se habían “jubilado”” dice Alex cuando busca a los amigos de su madre, desencantados ya de las promesas del nuevo régimen. “Es bueno hablar con tu mamá, es como si todo fuera como antes”, “Antes, todos éramos valiosos”. El director de su madre se ha vuelto alcohólico “”Una mierda, todo esto es una mierda”. Brindan con sus deseos: “Nunca cambies” “Que todo vuelva a ser como antes”, y cantan a coro las viejas canciones de los pioneros.
Con el devenir,. En el reencuentro con su padre y sus nuevos hermanos, en Berlín Occidental, volverá a ver el dibujito televisivo “El Hombre de Arena”,y empieza a cerrarse la historia con la complicación de las situaciones y de la salud de su madre. Luego de la soberbia escena del paso aéreo de la estatua de Lenin con el saludo en alto, en las escenas finales su madre lo ayuda a sostener su juego, porque como Emma Sunz de Borges, “ella sabe que él no sabe que ella sabe”. De esta relación asimétrica, todos salen fortalecidos, porque es de dependencia mutua, y es la responsabilidad de Alex, el amor por su madre, lo que le da una justificación ética a su “mentira”. Ponerse en el lugar de otro, mejora su propia comprensión de la realidad : “De algún modo, mi juego adquiría vida propia. La Alemania que había creado para mi madre era la que yo deseaba.”
Como dice el taxista sosías del cosmonauta Sigmund Jähn, respondiendo a las infantiles de Alex: “Es hermoso allá arriba, sólo que muy lejos de casa”. Otros sistemas tendrán sus beneficios, pero tal vez de lo que se trate es del derecho a construir la casa propia.

Underground

Emir Kusturica nos propone aquí una versión de la historia de su país, Yugoslavia, de 1941 a la actualidad. Está dedicada “A nuestros padres y a sus hijos”, con un nosotros que recupera la historia de los que lo precedieron y un “sus hijos” que lo presenta en tercera persona, tal vez abriendo el diálogo sobre el presente de su país sin apropiaciones legítimadas por su condición de nativo, dada la heterogénea población de ese espacio geográfico.
De la múltiple riqueza de la temática seleccionaremos la relación entre Marko y la construcción de la realidad que propone para los partisanos que quedaron “protegidos” en el sótano durante veinte años.
Acompañando los títulos, comienza con placas negras fileteadas que dicen: “Había una vez un país / y su capital era Belgrado/ 6 de abril de 1941”.
En el inicio, con una banda (desbandada) de músicos delirantes (con música de Goran Bregovic, que se continúa en los 10 primeros minutos, como en la película anterior), se presentan los personajes: Iván, cuidador del zoológico, su hermano Marko y Petar Popara, alias Blacky, dos truhanes, que vuelven de juergas festejando el ingreso de Petar al Partido Comunista.
Aparece un cartel fileteado: “Primera parte: la guerra”. Se suceden las escenas que presentan en la acción a los personajes: Iván en el zoo, cuidando los animales (osos, tigre, monos, pájaros, elefante) empiezan a enloquecer, como presagio del bombardeo. Destacamos una escena en la que él tira la carne hacia arriba, para alimentar a los animales, como signo de vida, tomada con cámara en picado y los aviones tirando bombas, también en picado, signos de muerte.
Se combinan las escenas de lo que sucede en el bombardeo: Marko con la prostituta, se queja porque se retira antes de que él acabe, y Blacky en su casa, con su esposa encinta que sigue comiendo, hasta que cae en su casa la lámpara, con elementos fantásticos: corta el cable con los dientes, inmune a la electricidad y el elefante escapado del zoo, le lleva los zapatos. Se harta de la situación y, en diálogo con su esposa, dice: “Ya se acabó (comienza a sacar sus armas). Están bombardeando mi ciudad, mi propia ciudad. Voy a defender a mi patria”
“No, vas a defender a esa prostituta. Estás todo el día en el teatro”. “Amo el teatro”. “No, amas a esa artista, esa prostituta”.
Aquí queda presentado el motor del conflicto, la aparición de Natalija, la actriz . por su amor se tensará y redefinirá la relación entre los dos amigos, y será la “justificación” de Marko para su traición y el mantenimiento de su amigo y los camaradas durante veinte años en el sótano
.Se combina con imágenes históricas, tanto del bombardeo como de la ocupación nazi, con saludos populares, con carteles que nos ubican en las distintas ciudades: ZAGREB, BEOGRAD, apelando a la misma relación entre el cine y la historia que señalamos en el film anterior.

Marko llega a su casa y encuentra a todos los animales que ha salvado Iván. “Ha convertido esta casa en un arca de Noé”.
Iván está en el baño, intentando suicidarse: “En vez de ayudarme y convertirte en un héroe, te cuelgas como una mariquita” en tiempos de crisis, se elige qué ser y qué realidad construir. El arca de Iván es la que flotará al fin de la historia.
Pero empieza la persecución nazi y se recluyen, con sus familias, en el sótano paterno. Nace el hijo de Petar, Jovan y muere su madre en el parto. Se completa la primera parte.
Tres años después, ingresa Petar en el sótano, herido en una reyerta, enfrentando a los alemanes por la actriz de quien estaba enamorado.
Se suceden las imágenes históricas del Mariscal Tito, en 1944.
En su vida social, Marko se queda con la actriz amante de Petar, escala posiciones hasta ser secretario del mismo Tito, con un aval popular que incluye una filmación sobre su vida, que nos cuenta su versión acerca de Petar, presentado como un héroe muerto en la invasión nazi.
Mientras tanto, en el sótano siguen convencidos de que la guerra no terminó. La ilusión la mantiene Marko, el gran simulador, quien se enriquece con la venta de la producción de armas que se realiza allí. En el underground se desarrolla toda una vida comunitaria, fiel al ideario de Tito, con canciones comunes, artesanías que recrean la realidad “de arriba” (como la iglesia que le obsequia Ivan a Jovan y cuya campana hacen sonar en señal de fiesta) y simulacros de bombardeos que periódicamente organiza Marko, haciendo sonar una sirena, escondiéndose todos en un tanque de guerra, como en cajas chinas, para protegerse.
Con el tiempo, Marko ha desarrollado un sistema de vigilancia con periscopios, ascensores, que le aseguran el control panóptico de la situación. Es el encargado de comunicarse con el afuera, en complicidad con su padre, encargado de atrasar el único reloj. Dirá “en veinte años, les reduje cinco. ¿puedes darte cuenta de lo que significan cinco años menos en un sótano?”
Periódicamente, aparece en el sótano simulando torturas, generando la admiración y el respeto de sus camaradas.
En ocasión de la boda de Jovan, va con la actriz, a quien le escribe un libreto para que actúe. “No puedo interpretar este texto, porque no dice la verdad”, dirá ella. “Ningún texto dice la verdad. No hay verdad, sólo hay convicción. Tú eres la verdad”, responde Marko.
En la fiesta, se encuentran los antiguos amantes y lo dejan de lado: “Mierda, perdí y yo puse las reglas”, llora Marko. Se descubre su amor por ella, y por una “catastrófica” situación con el mono de Iván, que dispara el tanque y comunica los dos mundos. Iván sale buscando a su mono y Petar buscando a Jovan.
Mientras Marko decide poner fin al sótano, lo dinamita y mueren todos, Jovan y Petar enfrentan al mundo con su realidad underground Quedan atrapados en otra realidad, la de la película biográfica de Marko (de un director “colaboracionista”). Jovan “descubre” el mundo, llama a los ciervos caballos, según los dibujos que le había hecho su padre, huele el río Ibar, confunde a la luna con el sol, y queda extasiado con un atardecer: “Qué bello es este mundo, felicitaciones” dice, dado que desde su experiencia todo mundo es construído. Pero también: “Quiero regresar al sótano”, recordando, como Sigmund Jähn, que es hermoso allí arriba, pero lejos de casa, y desaparece en el río.

En la búsqueda de su hijo, Petar se convierte en guerrillero:”¿Ustacha, chetnik o partisan?” le preguntan. “Nada de eso, busco a mi hijo”. Es decir, arma su propia guerra (¿cómo los otros?), con sus propias razones.

De allí en más, se sucederán situaciones metafóricas acerca de la situación política de la región, el papel de la ONU, los exilios, las mafias subterráneas.
Ivan descubrirá toda la extensión del sótano. Escapado de la cueva, irá a parar a innumerables galerías que recorren, como un metro continental, toda Europa. El concepto se enriquece entonces: el sótano está unido a otros sótanos, formando una verdadera economía subterránea, por la que circulan prioritariamente armas y vehículos blindados, pero también toda esta mano de obra barata que enriquecerá las economías de la superficie. Se sobrepasa aquí la simple denuncia del sistema comunista para desembocar en una visión muy oscura de las relaciones internacionales.
Por eso los médicos del psiquiátrico interpretan su discurso: “el comunismo era como un sótano”. “No, el mundo era como un sótano” Es la alegoría de la caverna en clave yugoslava.
Consciente de la traición de su hermano, Iván lo mata y se suicida en la iglesia que había emulado en fósforos en el sótano. Marko se despide con una reflexión: “ninguna guerra es guerra hasta que un hermano mata a su hermano”.
La escena final los encuentra en la continuación de la boda de Jovan, en un espacio onírico, con los conflictos resueltos, aunque con memoria “puedo perdonar, pero no olvidar” dice Petar.

En el mundo del underground que Marko construye para sus camaradas, vemos, como en la película anterior, un otro en situación de vulnerabilidad y alguien responsabilizándose, pero para su propio beneficio. Es la otra opción de la dependencia, la que manipula para crecer a costa de la opresión de quienes adhieren y respetan al “representante responsable” de mediar entre una y otra realidad. Es decir, un problema de la confianza en la representación, que alcanza cualquier campo del saber o de la acción. Marko y Natalija se contentan con vivir como pequeños burgueses occidentales, pero los esclavos los aman, los consideran incluso como sus iguales y los respetan por los riesgos imaginarios que han tomado en una resistencia que no existe desde hace tiempo. Es la realidad misma, la del sótano y la de la superficie, lo que se ha convertido en una inmensa ficción destinada a estimular la producción. La alienación ha llegado al colmo: es el esclavo el que asume todos los riesgos.

El parlamento final de Iván es el que nos recuerda que, más allá de la realidad que nos toca, la versión es siempre un cuento, una historia que no tiene fin, y que no sólo con el exilio se la puede modificar sino también contándola de modos diferentes.
“Aquí construiremos nuestros hogares
con techos rojos y chimeneas
para que aniden nuestras cigüeñas
y puertas abiertas para nuestros invitados.
Agradeceremos a la tierra por el alimento
Y al sol por el calor
Y a los campos por recordarnos el verdor de nuestro hogar.
Con pena, dolor y alegría
Recordaremos a nuestra tierra
Al contarles a nuestros hijos nuestra historia,
como en los cuentos:
Había una vez un país...”
Esta historia no tiene fin.
Parlamento final de Iván.

Can you see?

“Creaste un mundo sin asesinatos
usando un sistema que sólo tú conocías.”

Los once primeros minutos presentan el nudo de la acción: nos ubican en el Departamento de Precrimen, en el año 2054, combinando las imágenes que los precogs reciben de un pre-asesinato por infidelidad (en blanco y negro) con el accionar de los prepolicías y la inclusión de primeros planos de la retina de la precog Agatha.

Minority Report es un juego de miradas en el cual las realidades se suceden, vertiginosas, y la trama consiste en ver lo que el otro ve, es decir, recuperando la cita de Bajtin, ver mis propias espaldas, el plus de visión que tiene quien me mira. Cuando la precog toma por asalto los ojos de John Allison Anderton (Tom Cruise), obligándolo a mirarla, sólo le pregunta “¿puedes ver?” y él se da vuelta para ver lo que ella ve, la pantalla que muestra la muerte de Ann Lively, su madre. En la resolución de esta visión se expanderá la historia.

El sistema judicial de Precrimen se basa en una tecnología de las previsiones que regula el azar, la variable que siempre preocupa al orden social. Funciona con una combinación de flujos de los datos de las visiones de los tres precogs, una tomografía óptica que lee lo que ven estos humanos resultantes de trabajos de laboratorio “científico” con hijos de quienes utilizaban drogas experimentales en el pasado cercano.

De esta tecnología se deriva una tecnología política, que ha creado y sostiene su poder en ella:
“la mayoría de las veces, los tres precogs ven lo mismo, pero a veces lo ven
diferente. Esos reportes son eliminados, para que el sistema Precog funcione. ¿quién desea que un sistema de justicia con dudas sea razonable?”
“Queremos estar seguros de que todos pueden confiar en la infalibilidad del sistema, y asegurarnos de que los que nos mantiene a salvo ahora nos mantiene libres”
“Con el incidente de John comprendí la fragilidad de todo esto”.
Un sistema que tiene, en sus fallas, la posibilidad de transgredirlo:
“¿Qué si un técnico veía un eco? Les enseñamos a reconocerlos e ignorarlos.”
“¿Puedes falsificar visiones?”
Por eso su creador Lamar puede “falsear” su propio sistema, y mantener su impunidad en la muerte de Ann Lively, ya que nadie puede “ver” el informe minoritario de Agatha. Quien logre ver más allá, será excluído del sistema, como su propio jefe Anderton.

De modo que también se deduce una tecnología moral, las consecuencias son objeto de juicio, y no las razones que las generan. Una tecnología que genera valores (la libertad asociada a la seguridad), independientemente de las causas que provocan los crímenes y sus propios dioses, como en el diálogo entre el enviado del Departamento de Justicia y el Jefe de Precrimen:
- ”Los precogs son humanos.
- Es mejor no considerarlos humanos.
- No, son mucho más que eso. La ciencia nos ha robado nuestros milagros. Los precogs nos dan esperanza. Esperanza en la existencia de lo divino.
- Es interesante ver que algunos han empezado a deificar a los precogs.
- Son filtros reconocedores de patrones.
- Pero este cuarto es “el templo”.
- Es un apodo. El oráculo no tiene el poder.
- Lo tienen los sacerdotes, aunque tuvieran que inventar el oráculo.
- Están asintiendo como si supieran de qué está hablando.
- Vamos, jefe, nuestro trabajo de cambiar el destino nos vuelve más clero que policía.
- Si hay algún defecto, es humano.
- Siempre lo es.”

Este sistema de tecnologías involucra transformaciones epistemológicas: los sentidos se articulan en base a estas realidades, y ya no es posible percibir fuera de ellas:
Lamar Berger, uno de los creadores de Precrimen, prepara la escena inculpando al jefe John Anderton convenciéndolo a él mismo y a la policía con las fotos de su hijo desaparecido de la culpabilidad de Leo Crowe. Quien puede “leer” diferente es el policía formado en el antiguo sistema, quien se da cuenta de que “Las fotos son falsas. Esto es lo que se llama una orgía de evidencia”(del latín : e_ videre, lo que se pone ante la vista).

Por eso quienes pueden ver diferente son los que están excluídos: en la escena en la que Anderton busca su droga posmoderna, “necesito claridad” “aquí tienes, nueva y mejorada”, quien la vende es ciego (primer plano de su cara vaciada de ojos). “En la tierra del ciego el tuerto es rey” , le dice el dealer, ajeno a un sistema en que el control se da por “retin-identidad”, que permite que circulen por los espacios públicos con absoluto dominio. Esto permite que hasta el marketing se personalice: las publicidades leen la retina de quien pasa y se dirigen con el nombre propio ofreciendo sus productos.
Por eso para poder ver si control, el protagonista debe, literalmente, cambiar sus ojos en una escena tragicómica, en manos de un médico psicópata cuyo tratamiento incluye, desde nuevas tecnologías hasta sogas para caminar sin ver y por supuesto, claridad.

En este juego de miradas, quien ve el futuro, organiza lo que el otro puede y no puede ver: En la huída, Agatha ordena la caminata, y logra, que esa tecnología futurista no los perciba, con rudimentos como un conjunto de globos y un paraguas.

Quien tiene el poder, decide qué vemos. Esta selección es nuestra condición de posibilidad para construir nuestras ideas del mundo, nuestros prejuicios, nuestros sentimientos. Es el hilo con que intentamos unir estas tres propuestas de construcción de la realidad desde el cine, el constructor de realidades por excelencia. Desde la responsabilidad de construir un mundo para el otro vulnerable de Good Bye Lenin, el aprovechamiento encubierto en el afecto de Underground, al futuro controlado de exclusión de los reportes minoritarios. Modos de percibir una infinitud de mundos posibles que coexisten y generan sus propios dilemas en las paradojas nuestras de cada día.



MARIELA ROLDAN
DNI 16 879 623



ANEXO: DATOS DEL CORPUS CONSIDERADO:

GOOD BYE, LENIN!
Ficha Técnica:
Dirección: Wolfgang Becker.País: Alemania.Año: 2003.Duración: 121 min.Interpretación: Daniel Brühl (Alex), Katrin Sass (Madre de Alex), Chulpan Khamatova (Lara), Maria Simon (Ariane), Florian Lucas (Denis), Alexander Beyer (Rainer), Burghart Klaussner (Padre de Alex), Franziska Troegner (Sra. Schäfer), Michael Gwisdek (Director Klapprath).Guión: Bern Lightenberg.Producción: Stefan Arndt.Música: Yann Tiersen.Fotografía: Martin Kukula.Montaje: Peter R. Adam.Dirección artística: Lothar Holler.Vestuario: Aenne Plaumann

SINOPSIS
La madre de Alex (Daniel Brühl), una mujer orgullosa de sus ideas socialistas, entra en coma en octubre de 1989, a causa de un paro cardíaco. Cuando despierta, ocho meses después, Alex se ve envuelto en una complicada situación. Ninguna otra cosa podría afectar nuevamente tanto a su madre como la caída del Muro de Berlín y el triunfo del capitalismo en su amada Alemania Oriental. Para salvar a su madre, Alex convierte el departamento familiar en una isla anclada en el pasado, una especie de museo del socialismo en el que su madre vive cómoda creyendo que nada ha cambiado. Lo que empieza como una pequeña mentira piadosa se convierte en una gran estafa cuando la hermana de Alex y algunos vecinos se encargan de mantener la farsa para que la madre de Alex siga creyendo que al final el sistema socialista venció.

UNDERGROUND
Ficha técnica
Título original: Underground
Nacionalidad: Francia-República Federal de Yugoslavia- Alemania-Hungría
Año: 1995
35 mm. Color
Dirección: Emir Kusturica
Guión: Dusan Kovacevic y Emir Kusturica
Producción: Pierre Spengler
Música: Goran Bregovic
Fotografía: Vilko Filac
Sonido: Marko Rodic
Montaje: Branka Ceperac
Ficha artística
Marko: Miki Manojlovic
Blaky, El Negro: Lazar Ristovski
Natalija: Mirjana Jokovic
Ivan: Slavko Stimac
Franz: Ernst Stotzner
Jovan: Srdab Todorovic
Vera: Mirjana Karanovic
Jelena: Milena Pavlovic

SINOPSIS
Blaky es un hombre casado, pero tiene un romance con Natalija, una actriz frívola, egoísta y casquivana. Su amigo Marko, que también está enamorado de Natalija, aprovecha la guerra para mantener a Blaky, entre otros muchos, escondido en un sótano haciéndole creer que la guerra continúa. Al mismo tiempo, con el fin de enriquecerse, Marko crea en el sótano una fábrica de armas con las que trafica. Esta farsa se mantiene durante veinte años hasta que, accidentalmente, el techo del sótano es destruido y Blaky sale al exterior para encontrarse con la guerra de los Balcanes. Marko y Natalija dinamitan el sótano y siguen dedicándose al tráfico de armas mientras Blaky se convierte en el jefe de una guerrilla.

“MINORITY REPORT”
STEVEN SPIELBERG
Ficha artística de la película
Director:
Steven Spielberg
Guionista:
Jon Cohen, Frank Darabont, Scott Frank, Gary Goldman, Ronald Shusett
Producción:
Jan De Bont, Bonnie Curtis, Gary Goldman, Gerald R. Molen, Walter F. Parkes, Ronald Shusett
Musica:
John Williams
Fotografía:
Janusz Kaminski
Cinemat/Montador:
Michael Kahn
Actor / Actriz:
Tom Cruise, Colin Farrell, Samantha Morton, Max Von Sydow, Kathryn Morris, Neal McDonough, Spencer Treat Clark, Steve Harris, Peter Stormare, Patrick Kilpatrick, Ramona Badescu, Kathi Copeland

Sinapsis:
En un futuro lo bastante próximo como para ser reconocible, año 2054, pero con numerosos avances tecnológicos, el mayor de los cuales es el sistema PreCrimen.El Departamento de PreCrimen es un cuerpo policial dotado de una tecnología que permite determinar, no sólo quien ha cometido el crimen, sino cuando va a cometerse. Tom Cruise, alto cargo de PreCrime, se encuentra una mañana con que el sistema le está presentando como potencial asesino de un hombre que ni siquiera conoce.
La única escapatoria del protagonista se basa en analizar el sistema de funcionamiento de PreCrime. Los sistemas informáticos de PreCrime están conectados permanentemente a tres humanos con poderes psíquicos que son capaces de predecir con cierta antelación los crímenes potenciales, los precogs. Sin embargo, muchas veces las predicciones no son precisas, y los tres psíquicos pueden no estar de acuerdo en si los flashes paranormales que perciben corresponden a una intencionalidad de asesinato auténtica. En esos casos, el sistema se basa en el "Informe Mayoritario", es decir, el generado por los dos psíquicos que coinciden. Sin embargo, siempre queda el "Informe Minoritario" -Minority Report, en el original, dado por el psíquico que queda en minoría. Sobre esta “debilidad” del sistema, su creador puede generar acciones falsas para enmascarar auténticos crímenes. La saga de Cruise será evidenciar su inocencia y la imperfección del sistema de justicia al cual él adhiere y defiende.





[1] BAJTIN, Mijail: “Estética de la creación verbal, México, Siglo XX, 1982.
[2] SENNET, Richard, “El pronombre peligroso. La comunidad como remedio para todos los males”. En “las consecuencias del trabajo en el nuevo capitalismo, Barcelona, Anagrama, 2000.
[3] Declaraciones de Becker en http://www.rebelion.org/, el 8 de diciembre de 2003.
[4] “Saber ver cine”. Paidós, 1986. p. 30-31.

No hay comentarios: